HAPPY OLD YEAR...
Era la última vez que bebía. Se lo había prometido a sí mismo. Se lo había prometido a los chicos. Se lo había repetido al espejo, al suelo y a la almohada. Se lo había gritado a la botella docenas de veces. Ésta sería la última. De verdad.
―Año nuevo, vida nueva ―le susurró Sean Skipper a la alegre etiqueta del whisky, whisky del malo, del de casa, con el que se habían calentado los huesos en su familia durante años y años. El viejo barrio. A veces lo echaba de menos.
Ojalá los chicos tardasen en volver este año. Ojalá l
VOLVER
Llovía.
―Así que aquí estamos otra vez ―Kowalski dejó escapar una risa seca, sin apenas abrir los labios. Vestía un gastado y largo abrigo, abierto sobre la larga bata de laboratorio. Antaño, su cabello siempre estaba pulcramente peinado hacia atrás, sin un mechón fuera de lugar; ahora se presentaba algo más largo, revuelto, y le daba un aire salvaje. Protegía de la lluvia el parche de su ojo derecho con una mano, mientras observaba la entrada al cuartel, recordando A su alrededor, lo que había sido un lugar lleno de vida y de gente no era ahora má